¿Existen principios fundamentales que el Artículo 2 aplica siempre?

Sí. Ciertos principios fundamentales se aplican a la venta de todos los bienes. La falla de no adherirse a los principios fundamentales puede provocar que la transacción quede fuera de la protección del Código Uniforme de Comercio. Un concepto fundamental es el de la buena fe. Los tribunales parten de la presunción de que todas las partes en un contrato están actuando de buena fe. El U.C.C. define a la buena fe como la honestidad de hecho. A fin de calificar para las protecciones del U.C.C., todas las partes de un contrato para la venta de bienes, deben tratarse con honestidad unos a otros así como a los hechos esenciales del contrato. Otro concepto básico del U.C.C. es que todos los contratos para la venta de bienes deben ser fundamentalmente justos. Si un contrato es tan injusto que puede decirse que perturba la conciencia, un Tribunal puede encontrar que el contrato es inescrupuloso. Los Tribunales no reconocen a los contratos que han sido determinados como inescrupulosos. El término es amplio y no existe una línea rígida para determinar si un contrato es o no inescrupuloso. La resolución se determina sobre un análisis de caso por caso. Si un Tribunal encuentra que un contrato es inescrupuloso, el tribunal puede (1) anular la totalidad del contrato, (2) ejecutar el contrato sin incluir la cláusula inescrupulosa, o (3) limitar la aplicación de la cláusula que evitaría el resultado de inescrupulosidad. Un concepto final para el U.C.C. es el de comerciante. El artículo 2 distingue entre comerciantes y no comerciantes. En la mayoría de las situaciones, el U.C.C. coloca a los comerciantes en un estándar más alto.